Paula Badosa quería darle continuidad a su buen hacer en el Masters 1000 de Roma: empezó con una meritoria victoria ante la adolescente Mirra Andreeva, entre las grandes revelaciones del circuito, en una magistral puesta en escena (2-6 y 3-6). Luego, en partidos con guiones muy diferentes porque se vio obligada a remontar en ambos, se impuso también a la estadounidense Emma Navarro (6-1, 4-6 y 2-6) y a la rusa Diana Shnaider (5-7, 6-4 y 6-4).
El reto de este lunes era importante: ni más ni menos que Coco Gauff, de más a menos este año (conquistó Auckland, llegó a semifinales en el Abierto de Australia, misma ronda que en Indian Wells, y no ha pasado de octavos desde entonces). Esta involución podía condicionarle frente a una rival llamada a seguir creciendo si el apartado físico le acompaña. Su balance de resultados, de hecho, es bastante parejo en 2024: nueve triunfos y esas mismas derrotas.
Los fallos sentencian
El partido empezó a romperse en el séptimo juego, cuando la desesperación de la norteamericana, bastante inquieta y nerviosa, alcanzó uno de sus picos más álgidos. La rotura acercaba a Badosa al primer punto (3-4), aunque su oponente igualó a la cuarta bola de break en un momento de máxima tensión. Pero Gauff volvió a naufragar y se hizo pequeña ante una jugadora que, pese a las cinco dobles faltas cometidas, pudo dar forma al definitivo 5-7.
Cori necesitaba corregir algo, empezando por los 18 errores no forzados de la manga inaugural. Sus buenas intervenciones en la red se convirtieron en un importante aliado para la norteamericana, cuya comunicación no verbal evidenciaba que ni mucho menos se encontraba cómoda y satisfecha. Sin embargo, sacó a relucir parte de su repertorio, aunque con mucha irregularidad, y fue capaz de dominar por 3-1 y 4-2.
Una derrota cruel
Si antes había sido Paula quien había tenido serias dificultades con el saque, esta vez fue la estadounidense quien desperdició un contexto ideal para acercarse al empate en el marcador global. Todo iba encaminado hacia un desenlace intenso y con los pequeños detalles como jueces absolutos, pero entonces llegó el inesperado bajón de la ex número dos del mundo, quien claudicó por 6-4 tras un par de dobles faltas casi seguidas.
Badosa, que lleva un año sin enlazar cuatro victorias consecutivas (mayo de 2023 y precisamente en la capital italiana), tenía el hándicap de acumular más fatiga. Además, debía evitar los fantasmas del pasado, un examen de carácter mental, de cara a mantenerse con vida frente a Coco, que igualmente tardó en despegar pese al refuerzo anímico. Es más, la jugadora neoyorquina se hizo grande en el arranque y protagonizó una soberbia rotura.
La alegría le duró poco: el 1-1 cayó de inmediato. Y ese fue el inicio del fin, ya que la tenista de 20 años pudo acercarse a su nivel habitual y, también, daba síntomas de estar bastante más fresca. Esto, después de un par de horas, era esencial para resolver un partido que culminó con un muy contundente 6-1, lo que no hace justicia a lo visto en los minutos anteriores. La china Qinwen Zheng, próximo escollo para la de Atlanta.