Fue una batalla física enorme, como se esperaba entre estas dos grandes selecciones con tanta historia en el balonmano y con lo que estaba en juego. 

Tras cinco minutos de partido un marcador estancado en el 4-4, la batalla física que se vivió en el Lalín Arena fue épica. Y es que los Hispanos, arropados por un pabellón a reventar, querían que esta serie de 120 minutos fuese a Serbia siendo ventajosa para los intereses del equipo de Jordi Ribera. Precisamente el seleccionador tenía que parar el partido con el 6-7 para guiar de nuevo a sus chicos por el buen camino, y un par de zambombazos de Imanol Garciandía devolvió el oremus a nuestros chicos. 

Nadie se quería equivocar en este partido. Con el 10-9 a diez minutos del descanso, Milos Kos y Milos Orbovic mostraban que no iban a vender barata la piel del combinado serbio. Y es que esa igualdad manifiesta sobre la pista quedaba reflejada en el 15-14 al descanso. 

Reacción contundente de los Hispanos

Quería y tenía que reaccionar España si quería dar un golpe sobre la mesa en el Lalín Arena a la eliminatoria. Llevarse una renta considerable era importante, pero Vanja Ilic estaba decididio a frustrarlo. El jugador del RK Vojvodina estaba siendo un auténtico dolor de cabeza, hasta la aparición de Dani Fernández y Alex Dujshebaev, que dieron un aire diferente a su equipo, ejecutando a la perfección el plan que había cocinado en el descanso Jordi Ribera. 

Visto el tipo de partido que se estaba disputando, el 21-18 tras diez minutos de partido se hacían un mundo. Con Dujshebaev cambiando el partido, la renta amagaba con crecer en vez de disminuir en favor de los serbios. Una minireacción del equipo de Boris Rojevic dejaba la distancia en el mismo número con el partido llegando a los últimos compases. 

Iba a ser una guerra hasta el final. Cada gol anotado en este contaba para los 60 minutos que quedan en Serbia. Los visitantes tenían mucho que perder, pero también mucho que ganar, y fueron arriba valientemente en búsqueda de la victoria. Pero la mejor versión de los Hispanos salió a relucir cuando más importa, cuando el partido aprieta, y fueron capaces de exhibir una gran maestría cerrando el partido. Además, unido a un gran Gonzalo Pérez de Vargas, España aspira a clasificarse en tierras serbias para el Mundial 2025.

Se despidió así la selección española de un Lalín Arena que creó una atmósfera mágica que empujó a los Hispanos hasta el definitivo 32-28 que sienta una buena base sobre la que construir su clasificación en Serbia, con un +4 esperanzador que invita a soñar con la cita mundialista