Nadie podrá reprocharle nada al Girona por mucho que hayan perdido cinco de los seis últimos puntos en juego y hayan dejado al Barcelona el camino hacia la segunda plaza más que expedito. Su temporada es de matrícula. Pero un deportista siempre quiere más. Y claro que duele en Montilivi perder por segunda vez en la temporada. El culpable ha sido el Villarreal, en el que la mano de Marcelino ha obrado el milagro de creer que Europa es posible.
Anuló las bondades ofensivas de los rojiblancos, cerró su portería a cal y canto cuando más les asediaban y sacó rédito del gol de Traoré que les dio la victoria y la opción de alcanzar a la Real Sociedad e incluso al Betis a poco que se descuiden.
Fue, de hecho, el cuadro de La Cerámica el que avisó primero, con un centro chut de Sorloth al que no llegó por poco Guedes. Era el fruto de su mejor salida y volvería a tener la ocasión de adelantarse con un disparo de Traoré que buscó la escuadra. Gazzaniga dijo que nones, a la espera de que sus compañeros reaccionasen.
Savinho, el agitador
Los de Míchel no estaban cómodos con el repliegue del enemigo. Savinho no entraba en juego, Miguel también tenía limitados sus espacios para doblarle y, por la derecha, Tsygankov no podía hacerlo todo. Se echaba en falta a Yan Couto, enfermo. Necesitaba un reseteo el Girona y lo logró en base a la posesión, asegurando cada pase e impidiendo los contragolpes del rival hasta encontrar algún resquicio por donde colarse. La virtud de la paciencia.
Sobre la media hora es cuando por fin se liberó Savinho de las cadenas para combinar con Tsygankov. El ucraniano cruzó demasiado su disparo. Lo intentó después Dovbyk, que se encontró con un inmenso Jorgensen. Los catalanes ya eran los dueños del encuentro, habían encendido la mecha y encontraron el combustible en un Savinho que sacó dos amarillas en tres minutos. El gol, sin embargo, se resistía.
Traoré, el finiquitador
Como a ninguno le servía de mucho el empate, tras el descanso adelantaron líneas y empezaron a descuidar sus defensas. Quien más vivo estuvo fue Traoré. El burkinés había seguido el ataque de Guedes y cuando su compañero perdió el balón, aprovechó el rechace para colocarlo en el fondo de las mallas.
Aún quedaba más de media hora por delante. Tenía prisas el Girona para igualar. Lo tuvo cerca varias veces, pero el larguero repelió el tiro de Tsygankov. E inmediatamente después, Comesaña y Cuenca se las apañaron para despejar bajo palos ante la desesperación de los locales.
El asedio había hundido al submarino, que achicaba aguas como podía. Y así se tiró durante el resto del encuentro, con una defensa numantina, siempre atenta a los cruces, cortes y despejes, y que finalmente permitió que el Villarreal sueñe aún con la clasificación europea a costa de complicar la segunda plaza al Girona.
Jugador Flashscore del partido: Traoré (Villarreal).