España, al son de Judith Forca -anotó cinco tantos, es decir, casi la mitad del total-, cumplió con nota contra Hungría y es una de las cuatro semifinalistas. Tres de los cuartos acabaron en la misma dirección (el último 2-2) y esa es la mayor prueba de una indiscutible superioridad. Afrontaban el encuentro con la suficiente confianza tras perder frente a Países Bajos y olvidar ese negativo inicio con tres triunfos muy holgados de forma consecutiva (ante Israel, Kazajistán y Francia).
El arranque ya fue bueno y dio como resultado un todavía corto 2-3 que, al descanso, se tradujo en un 4-6 que daba algo más de margen. La brecha empezó a tener cierto aura de definitiva cuando el marcador pasó a ser de 6-10. Sin embargo, el conjunto de Europa del Este sacó las garras y se reactivó para mantener sus opciones de buscar una igualada aún complicada (8-10).
La sequía del cuadro que comanda Miki Oca se acabó con un parcial de 0-2 para volver a disfrutar de una renta solvente que, por supuesto, daba mucha tranquilidad (8-12). Los que actuaban como locales en Fukuoka fueron incapaces de tirar de épica y se vieron abocados a un destino fatídico que parecía estar escrito desde minutos atrás, cuando se vio el paso adelante de las campeonas de Europa.
Este martes (12h30 CET) será el turno de los chicos, que han logrado el pleno hasta la fecha (triunfos ante Serbia, Montenegro y Sudáfrica) y han conseguido esquivar una eliminatoria. Ahora toca superar a Francia, un rival que ha vencido tres de los cuatro encuentros disputados (se impuso a China, Canadá y Australia después de estrenarse con derrota frente a Italia).