Ha sido un duelo más duro aún de lo esperado, pero el combinado español pudo sacar la cabeza del agua para llevarse finalmente un triunfo que se le había puesto cuesta arriba en la primera mitad. 

Tras el susto inicial, con el penalti parado por Lorrio a Bodegas, llegó el tanto de Roger Tahull para abrir la cuenta, pero enseguida respondieron los franceses con uno de Ugo Crousillat y otro de Vandeperstraete, éste en el segundo cuarto, que puso un inquietante 1-2 en el electrónico.

Para remediar la situación apareció Álvaro Granados, pero los galos querían más, anotando en transición Bouet. De nuevo Granados comandó la ofensiva para equilibrar las fuerzas, uniéndose Munárriz para llegar al descanso en ventaja (4-3). 

Presión y efectividad

Lo que había faltado en la primera parte apareció en los chicos de David Martín en la segunda, liderados por Perrone. Más agresividad defensiva y mayor acierto en la meta de Fontani. Granados puso el 5-3 y Perrone, haciendo diabluras en el agua, el 6-3. Y aunque recortó Francia, el tercer cuarto finalizó con una diana de Tahull para dejar el electrónico en 7-4. 

Crousillat quiso devolver a los suyos al partido anotando el quinto gol rival. Y Bodegas, aprovechando otra superioridad, metió el miedo en el cuerpo a los españoles con el 7-6. 

Fue el momento de Felipe Perrone para marcar dos goles decisivos y llevar directamente a cuartos a España.